jueves, 24 de enero de 2008

Despedida de año

Cada fin de año terminamos haciendo balance mental de lo que nos ha ocurrido durante esos 365 días que expiran, sopesamos aquellas cosas que nos propusimos hacer, especialmente en las que hemos fracasado y prometemos entonces que en el próximo año no nos pasará lo mismo, pero Enero siempre es un mes difícil y estando casi ya en las puertas de Febrero nos damos cuenta que la lista de nuevos propósitos no ha sido tocada aún, por eso, esta primera entrada al blog llega con tanto retraso. El fin de año del 2007 lo celebramos ya desde el día 28 de Diciembre, cada miembro de la asociación llevó algo de comer y pasamos unas horas muy sabrosas entre tantos manjares “aderezados” con salsa, merengue cumbia, y chacareras; por raro que parezca nadie “echó un pasillo” como decimos en Cuba, o sea, no bailamos pero si conversamos mucho, principalmente sobre las costumbres gastronómicas de nuestros países para despedir el año. Por lo general en casi todos los lugares el año se despide en familia y el 31 de Diciembre la mayor parte del día se la pasa uno cocinando, por ejemplo en Venezuela, según me cuentan Libia y Ernesto el plato típico de esas fechas es la hallaca, hecha de harina de maíz precocida rellena de carne de cerdo y ternera con un sofrito de cebollas, cebollinos, ajíes, aceitunas, alcaparras y especias, todo envuelto en hojas de plátano y cocinada al baño de María, algo parecido se come también en Colombia, me dice Adriana pero allí le llaman tamal. En Venezuela también comen ensalada de gallina con patatas, zanahorias, guisantes, huevos duros, mostaza y mayonesa, el pan de jamón relleno con tocineta, pasas y aceitunas y el lacón al horno adobado con ajo, pimienta, sal, romero y vino blanco; de postre el dulce de papaya verde, cortada en trocitos y cocinada en almíbar. Sin embargo en Argentina Nora reconoce que los postres son iguales a los que tradicionalmente se comen en Europa y lo que más se consume es carne en parrillada, costillas, matambres y hachuras. Y de Cuba que les cuento, nos pasamos el año comiendo arroz y frijoles, ya sean negros o coloraos y el fin de año hacemos lo mismo, en su versión conjunta que es el congrí, un plato donde se cocinan juntos el fríjol y el arroz pero no queda caldoso como los “moros y cristianos” si no seco y desgranado pues ya se encarga de mojarlo la grasita de los chicharrones que se les echa así como el mojo de la yuca, el puerco se asa en púa o se fríen las masitas, se hacen plátanos tostones o a puñetazos y si al final te queda un “huequito” para el postre se come cualquier dulce en almíbar acompañado de queso, ya sea coco rayado, cascos de guayaba o papaya, que en Cuba le llamamos frutabomba porque la papaya allí es otra cosa.