martes, 19 de junio de 2007

Por el respeto y la diversidad cultural

Soy Ileana, cubana de nacimiento y asturiana de adopción (tardía), ya que, como tantos otros, encontré el amor hace 14 años en este lado del charco. Soy abuela de tres neños preciosos: Miguel Ángel y Helena, por parte de mi hija y Mario, por parte del hijo de mi esposo. Participé como extra en el rodaje del corto “Ingredientes”, junto a mi hermana Irma, o debería decir Caridad la cocinera. No tengo ni remotamente las dotes histriónicas de ella, pero volvería a hacerlo con mucho gusto, ya que fue una oportunidad de oro para compartir con gente de tan diversas nacionalidades, haciendo algo en pro de la integración y la convivencia. A pesar de que hay gente intolerante como Ma. Jesús, he tenido la inmensa suerte de trabar amistad con muchísimas personas a las que aprecio, y sé que el sentimiento es mutuo. Vecinos, familia política, amigos, pequeños comerciantes, funcionarios públicos y ¡hasta primos y tíos!, me han hecho sentir como si hubiera nacido en esta tierra, aunque a menudo eche de menos la mía. Es verdad que alguna vez he tropezado con gente que, sin haber viajado a Cuba en su vida y valiéndose únicamente de las opiniones vertidas a través de la prensa y los noticiarios, se empeñan en demostrarme que saben más de mi país que yo. A mi no se me ocurriría debatir con los que sufrieron la Guerra Civil, o la Segunda Guerra Mundial, o la dictadura, (que, por cierto, no todas son iguales), porque sencillamente, no viví esos eventos y no tengo experiencias con las que compararlos. Afortunadamente, no son muchos los que se comportan así, además, con el tiempo, vas conociendo mejor a la gente y sabes a qué atenerte, con quién puedes hablar de un tema serio y con quién sólo puedes comentar la meteorología.
Quiero agradecer a Nora, a Adriana y a todos los que me hablaron de la recién constituida Asociación d’igual a igual, a la cual pertenezco, y creo firmemente que nos dará la oportunidad de trabajar en conjunto para cambiar un poco el orden de las cosas, de las que están mal, por supuesto.
Muchas gracias a todos los que hicieron posible el cortometraje y a sus patrocinadores, el Movimiento Asturiano por la Paz. También quiero, desde aquí, mandar un saludo a mis colegas del Aula Didáctica de los Oficios y las Ocupaciones del Ayto. de San Martín del Rey Aurelio, que con mucho cariño, paciencia y buena voluntad, me han ayudado a navegar por el proceloso mar de los cuentos infantiles y la Informática, a mí, una abuelita que hace escasos tres meses, creía que los e_mail comenzaban con tres w.
A todos los que entren aquí les invito a reflexionar sobre la necesidad de hacer algo, cualquier cosa, por pequeña que sea, en pro del respeto a la diversidad cultural y a la igualdad de oportunidades para todos. Aprendamos a ponernos del lado del otro y a tratar de comprenderlo y aportemos nuestro granito de arena para que ningún ser humano sea ilegal en ningún país y tengamos un mundo sin fronteras.

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